Alternativas simultáneas del arquitecto argentino Nicolás Campodonico es la vigésima exposición monográfica celebrada en el espacio expositivo de LIGA. El pasado jueves 19 de Noviembre LIGA 20 abrió sus puertas al público que interactuó con la pieza de acero de espejo. y estará disponible hasta febrero del siguiente año. La exposición precedente, LIGA 19,fue una exposición denominada Gramática orquestada por el estudio peruano Llonazamora
LIGA es una iniciativa sin fines de lucro llevada a cabo por el despacho mexicano de PRODUCTORA y que pretende ser un promotor de las ideas e investigación sobre la práctica de arquitectura contemporánea con sede en Ciudad de México.
Para conocer la intervención LIGA 20 sigue leyendo después del salto.
Alternativas simultáneas
LIGA, Espacio para Arquitectura DF, llega a su vigésima exposición monográfica con una propuesta del arquitecto argentino Nicolás Campodonico. Se trata de una pieza de lámina de acero de espejo en forma de ángulo agudo, cuyo vértice define una línea vertical entre el suelo y el techo en el centro de la sala, con extremos que se apoyan en los alféizares de las ventanas. Después de haber barajado muchas opciones, la exposición acabó llamándose Alternativas simultáneas.
Se hace, de esta forma, referencia a las diversas opciones de percepción espacial ofrecidas por el reflejo acuoso del acero que debido a su fino espesor forma ciertas ondulaciones en su superficie. Y casualmente remite, al mismo tiempo, a las 20 instalaciones que a lo largo de estos cinco años, desde la inauguración de LIGA en 2011, han ocupado el espacio. Las ediciones se han sucedido en el tiempo, dejando siempre su impronta en el lugar como una preexistencia invisible. Al contemplar la pieza de Campodonico podemos ver en retrospectiva, con un pequeño ejercicio de imaginación, todas las alternativas simultáneas pasadas y, tal vez, algunas de las que están por venir.
Construir multiplicidad
Por Gustavo Adolfo Carabajal
Me disponía a escribir sobre la intervención en un espacio con ventanas y termino por rendirme para comentar un elogio a lo múltiple y a lo simultáneo.
Una ventana es siempre la ocasión de imaginar un lugar de observación, un punto de vista privilegiado para ver las cosas que se encuentran fuera de nosotros, como espectáculo. Es un elemento de la arquitectura que nos permite aferrarnos, desde el lugar donde estamos, a todo aquello que nos rodea. Si se vive de esta manera, el reconocimiento de lo sorprendente en la realidad se transforma en el tema principal del quehacer del arquitecto.
Carlos Emilio Gadda sabía que, en literatura, “conocer es insertar algo en lo real y, por lo tanto, deformar lo real”. De ahí su típico modo de representar y la tensión que crea entre él mismo y las cosas representadas, de manera que cuanto más se deforma el mundo bajo sus ojos, más se compromete.
Introducir en el espacio puesto a disposición un objeto misterioso, una lámina que se pliega multiplicando y deformando, llevando y trayendo las ocasionales imágenes que se producen más allá es una intuición simple, por lo tanto, emocionante. Un dispositivo efímero y único para registrar la fugacidad de la vida y experimentar el estupor de las cosas elementales.
La hoja de acero altera las relaciones existentes y se suma espacialmente como una enciclopedia abierta —adjetivo que sin duda contradice el sustantivo enciclopedia, nacido etimológicamente de la pretensión de agotar el conocimiento del mundo al encerrarlo en un círculo— como paradigma de una totalidad que sólo puede comprenderse desde lo múltiple: Entender el proyecto de arquitectura contemporáneo como enciclopedia significa adoptarlo como método de conocimiento y exploración pero, sobre todo, como red de conexiones entre los hechos, entre las personas, entre las cosas del mundo.
Nicolás Campodonico pareciera haber comprendido que en nuestra época, más que en cualquier otra, a la arquitectura le ha llegado el tiempo, la tarea de hacerse cargo de esa antigua ambición de representar la multiplicidad de las relaciones, en acto y en potencia. Opta entonces por expresar la tensión con exactitud matemática así como con una aproximación a los acontecimientos humanos mediante una forma que presenta una fluidez controlada. Sueña la matemática de una solución singular.
Con esta performance, en este acto nos muestra un modo de entender el mundo contemporáneo como un sistema de sistemas en el que cada uno de estos, en singular, condiciona los otros y es condicionado por éstos. En sus obras, cada mínima parte está concebida como el centro de una red de relaciones que el ojo no puede dejar de seguir, multiplicando los detalles de manera que su desarrollo provoca infinitas asociaciones.
Sin proponérselo, representa el mundo como un enredo, una maraña o un ovillo. Me consta, por admisión propia, que no sigue la seducción de una forma. Ésta, como resultado, llega siempre como punta necesaria de la madeja. Razón de un mundo del cual participa con elegancia y discreto compromiso, sin atenuar en absoluto su inextricable complejidad o, mejor dicho, la presencia simultánea de los elementos más heterogéneos que concurren para determinar este específico desafío.
Entre espacialismo y overpainting
Por Marcelo Villafañe
Pienso en un arte del futuro como en una manifestación artística sumamente fugaz y de improvisación, como en un producto del momento y para el momento, sin el incentivo de la inmortalidad, como en algo que más bien recuerda el arte interpretativo, el espectáculo, el programa radial, más que la pieza de museo.
Lucio Fontana, 1943.
En la propuesta para LIGA 20 me resuena el hacer y pensar de Lucio Fontana; en particular, la espacialidad creada por aquellos neones moldeados como signos en el aire, perecederos e indelebles a la vez. Esta propuesta es también, y a su modo, una experiencia espontánea y fugaz, que a través de la reduplicación de imágenes presenta una situación multiplicada y ampliada. Una pieza estática que, sin embargo, produce una dinámica de constante movimiento a través de reflejos —intencionalmente— imperfectos, que se manifiestan como desdoblamientos de una realidad que el espectador percibe de manera liviana y lúdica.
Por otro lado y al mismo tiempo, en la intervención emergen reverberaciones de la obra de Max Ernst. Aparece el encuadre que da sentido a la escena, tal como en la fotografía del juego de ajedrez pero, sobre todo, se produce un recorte de la realidad. En su collage La alcoba del maestro, a través del overpainting, Ernst transforma una hoja de enciclopedia sobrepintando objetos que por lo tanto desaparecen. El resultado es un disparate de proporciones y perspectiva que Rosalind Krauss, no casualmente, incluye en su libro El inconsciente óptico.
Lo que en la obra de Ernst ocurre mediante cubrir objetos y hacer fondo sobre la figura, en LIGA se produce uniendo objetos —las ventanas— y reproduciendo lo que queda del contexto sin la fidelidad del espejo. Estas pequeñas operaciones desplazan la realidad presente hacia una paralela: se desdibujan los valores de lo preestablecido, se reconfigura el contexto y se establece una nueva situación. El espacio, además de ampliado y multiplicado, aparece subvertido.
La propuesta de Nicolás Campodonico para LIGA oscila, en mi opinión, entre estas referencias artísticas. Son los bordes de una pieza que asume lo efímero, dinámico y etéreo de los neones de Fontana, pero con la manipulación del encuadre de Ernst. Una nueva situación brota de la alteración de los valores originales del contexto como con el overpainting, e induce a la experiencia de una realidad que ahora aparece reencuadrada y desplazada a la vez.